Se han descubierto dos especies de avispa que para reproducirse se apoderan del cuerpo de arañas.
Hymenoepimecis japi y Hymenoepimecis sooretama eligen a la araña ideal, la inyectan una toxina para dejarla dormida y aprovechar para poner las larvas en su cuerpo.
Las larvas crecen y con otra toxima obligan a las arañas a crearlas un nido para terminar alimentandose de ellas.